sábado, 28 de marzo de 2009

Una mirada lila y romántica


El hombre camina en el jardín romántico de la Concepción, una maravilla cerca de casa que celebra su jornada de puertas abiertas; esto permite poder ver la glicinias abiertas en el cenador que los Loring tenían al lado de la casona, allí se encuentran los muebles recien restaurados en una muestra que aumenta el goce de visitar el jardín botánico que, año tras año y por el paso de cada una de las manos que fueron dueñas del mismo, aumentó su extensión y se convirtió de jardín romántico en jardín botánico.
El estanque de nenúfares acoge la entrada junto a los merenderos y cafetería, un hermoso lugar donde descansar de la caminata y reponer fuerzas ante lo que se avecina como una aventura entre sonidos de cascadas, pájaros que cantan y naturaleza controlada en ebullición primaveral; unos días hermosos que el sol nos regala y permite sacar a la luz toda la belleza de las flores en sus innumerables colores. Cada estanque, cada escalón, el museo Loring, los mosaicos, la avenida de las palmeras, la ruta por los miradores donde está el emblemático que es imagen del jardín, la casona, las cascadas y el cenador, todo en este lugar es maravilloso, serana el alma y llena los ojos de vida.

El hombre solo se pasea por este lugar con sombrero de paja y bastón de madera, mirando a los niños jugar y correr en un respeto a la naturaleza casi místico, las parejas avanzan buscando su lugar donde dejar que un rayo de sol atraviese lo frondoso del arbol de la miel, la muchacha del cántaro abre una cascada de agua que llena los estanques donde habitan las plantas acuáticas.
La mirada se ablanda y piensa en el tiempo maduro que vive, la soledad aceptada y el corazón posado y pausado en el devenir de las cosas, las vivencias con gentes que le quieren, acompañan y rien los tiempos dulces que acompañan la vida del hombre y su entorno. Algunos vienen y otros van voluntariamente a un destierro eterno tras conocer al hombre y no querer estar a su lado. Las mentiras pretenden dañar el cristal tallado de una existencia viajada y curtida en sentimientos explotados al máximo.
Las glicinias tienen el color lila que saca de lo hondo, del poso ce las verdes culebras de Martín Gaite, de los dolores ciegos y ajenos, de la miseria de quien culpa buscando culpable para su propia culpa... al corazón grande que mira y huele la excelencia que la primavera regala cada año. Las glicinias solo permanecerán abiertas quince días, es un regalo que hay que aprovechar, como la vida.


D´Callaos

Se fué la luz
y a tientas yo buscaba una nueva forma de entender
mejor no digas nada
Se fué la luz
llovió del cielo, aguas que llenan este pozo que hay sin ti
Se fué la luz, se fué contigo

Volaré, y en los desiertos del alma
necesito tanto, tanto de lo que perdí
volaré más allá de este sentido,
se fué la luz, se fué contigo

Y volverá como un recuerdo dibujado en un papel
todas las cosas que no te pude decir,
como contarte, que sigo aqui...Que siento frio





1 comentario:

Fabi dijo...

Maravillosos flores las glicinias, asì raras de encontrar que como tu bien dices, es de aprovechar cuando tienes la suerte de poterla mirar!!!!

Volverè en tu casa porquè ahora no puedo escuchar la canciòn, ma te dirè mas...

Un abrazo hasta ti volando como una mariposa.....