Se puede pasar una semana agotadora con mil haciendas y cosas aun pendientes por terminar; se puede, tras larga estancia de recuperaciónes varias de cuerpo y espíritu, reir sin parar y disfrutar con la música, el juego, las gentes nuevas que aparecen en la vida del "hombre solo", sin esperarlo, y descubren mundos nuevos que estan en este y comparten espacios, entregas y miradas al futuro con un hombre que camina por las calles de Málaga entre cine español, actores, cámaras de televisión, alfombras rojas y gentes de un lado a otro que han cambiado, por unos días, el centro de esta ciudad que palpita mirando al futuro... y además, seguir vivo entre tantas cosas.
En este tiempo pasado y cercano ha sido la fiesta del día de la tierra, han sucedido las miradas que el hombre posaba sobre las gentes, sus sentires, las emociones que arrancaban de sus adentros y ha bailado en un continuo pasar de horas entre clases de musicoterapia, encontrando niños eternos que danzan sin parar, que esfuerzan sus días en la lucha de la superación personal, descubriendo artistas grandes que dedican su tiempo a sanar cantando, creando, acompañando y haciendo donación de un tesoro que poseen, la ternura.
Esta semana, el "hombre solo", ha compartido espacios de risas libres, de caricias musicales y de ternura, mucha, casi tanta como necesita el mundo. Ha sido un resucitar de cenizas pasadas, donde el corazón era herido de nuevo por palabras duras, quizas sinceras, posiblemente ciertas, seguramente equivocadas y fundadas en equivocos, no se sabe si deseados, pero palabras que herían el cariño entregado y machacaban el aún por entregar.
La risa y la ternura pueden mover el mundo, las alas de las mariposas en las que apoya su sueño el "hombre solo" levantan un viento de alegría y elevan al mundo de ese océano de dolor en que, a veces, gusta de sumergirse, llevándoselo envuelto en un paño de ternura.
Se aproxima otra semana, tranquila, serena, de paz, sin trabajo y con tiempo de dejar pasar el tiempo, de poder leer, de llenar globos de amor y darlos por las calles a las gentes que caminan, de poner sonrisas en la arena y descubrir palabras en los libros pendientes de ser leidos, de escuchar música a ritmo de tango, sumergirse en acentos venidos de otras tierras y disfrutar de quienes con él estan, aún estando solo y ser acompañado por cariños de amigos; mientras mira pasar una primavera dulce, llena de sorpresas y viva, otra más que hace pasar los años, uno tras otro, dejando aproximarse el día del cumpleaños, el siempre recordado cumpleaños que anora flores de patios cordobeses, caracoles chiquitos en caldo con hierbabuena y cruces de Mayo de mi tierra cordobesa, esperando que llegue a mi barrio la celebración de una romería especial, Nuestra Señora de la Alegría, cercana a la casa del hombre que promete visitarla, mirarla y soñar, dejar salir sus mariposas de dentro y lanzarlas al viento para traerle ternura, mucha, tanta como necesita. El "hombre solo" es feliz, en la medida justa, ni mucho ni poco, lo justito para poder dormir tranquilo... y soñar, con mundos nuevos y por venir, semilla de realidades.
En este tiempo pasado y cercano ha sido la fiesta del día de la tierra, han sucedido las miradas que el hombre posaba sobre las gentes, sus sentires, las emociones que arrancaban de sus adentros y ha bailado en un continuo pasar de horas entre clases de musicoterapia, encontrando niños eternos que danzan sin parar, que esfuerzan sus días en la lucha de la superación personal, descubriendo artistas grandes que dedican su tiempo a sanar cantando, creando, acompañando y haciendo donación de un tesoro que poseen, la ternura.
Esta semana, el "hombre solo", ha compartido espacios de risas libres, de caricias musicales y de ternura, mucha, casi tanta como necesita el mundo. Ha sido un resucitar de cenizas pasadas, donde el corazón era herido de nuevo por palabras duras, quizas sinceras, posiblemente ciertas, seguramente equivocadas y fundadas en equivocos, no se sabe si deseados, pero palabras que herían el cariño entregado y machacaban el aún por entregar.
La risa y la ternura pueden mover el mundo, las alas de las mariposas en las que apoya su sueño el "hombre solo" levantan un viento de alegría y elevan al mundo de ese océano de dolor en que, a veces, gusta de sumergirse, llevándoselo envuelto en un paño de ternura.
Se aproxima otra semana, tranquila, serena, de paz, sin trabajo y con tiempo de dejar pasar el tiempo, de poder leer, de llenar globos de amor y darlos por las calles a las gentes que caminan, de poner sonrisas en la arena y descubrir palabras en los libros pendientes de ser leidos, de escuchar música a ritmo de tango, sumergirse en acentos venidos de otras tierras y disfrutar de quienes con él estan, aún estando solo y ser acompañado por cariños de amigos; mientras mira pasar una primavera dulce, llena de sorpresas y viva, otra más que hace pasar los años, uno tras otro, dejando aproximarse el día del cumpleaños, el siempre recordado cumpleaños que anora flores de patios cordobeses, caracoles chiquitos en caldo con hierbabuena y cruces de Mayo de mi tierra cordobesa, esperando que llegue a mi barrio la celebración de una romería especial, Nuestra Señora de la Alegría, cercana a la casa del hombre que promete visitarla, mirarla y soñar, dejar salir sus mariposas de dentro y lanzarlas al viento para traerle ternura, mucha, tanta como necesita. El "hombre solo" es feliz, en la medida justa, ni mucho ni poco, lo justito para poder dormir tranquilo... y soñar, con mundos nuevos y por venir, semilla de realidades.
2 comentarios:
Me encanta leerte asi de optimista y con tantas sensaciones hermosas en tu vida.
"La risa y la ternura pueden mover el mundo", sin duda es una gran verdad amigo aunque pocas veces la ponemos en practica, el día que la ternura mueva al mundo todo será distinto. Cuidate.
Es un placer leerte,querido amigo:Tal vez ese "hombre solo"es un ejemplo de ternura,y diria yo, romantico. Sigue así,y quizas nos crucemos algun dia en esas calles de Málaga la Bella.Saludos...
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