Existen días en los cuales el cansancio acumulado, un agotamiento progresivo, resultado del esfuerzo puesto en pro de una causa determinado, de un tiempo excesivo y exigente que se te presenta delante y que no puedes controlar, que es así y ya está... puede contigo; es un estado donde no sabes mirar al frente, no encuentras motivaciones ni tienes a tu lado, solo a través de un teléfono que no permite poner imagen a tu expresión, a tus ojos, a tu boca, darle formas a las arrugas de tu cara y acompañar explicando a las palabras para dar así completa descripción a quien te quiere y está lejos lo que te pasa, la inyección que necesitas ( esa que algún paciente recibe como placebo y llama... "la de la fuerza", porque le da fuerza, quita el cansancio vital de una enfermedad eterna a la que se tiene que acostumbrar), una inyección de fuerza que solo pueden dar, en el caso del "hombre solo", quienes le estiman, aquellos que saben entender, a través de las no palabras de un hombre encerrado en sí y hermético como el solo, pero que quien le quiere conoce y descubrió hace tiempo los recovecos por donde meter el dedo y abrir la puerta desvencijada de su alma; eso que se da al escuchar la voz cansada de un hombre que mira por su ventana y sale a la calle a vivir lo que mira, alguien que gusta de observar en estado puro las cosas y dejarlas tal cual son para que sigan siendo, viviendo y desarrollándose, ese saber mirar sabiendo amar.
Y en el día del cansancio, cuando menos te lo esperas, llega la inyección de fuerza desde lejos, desde otro alguien que te va conociendo en tus escritos, en tus correos, en tus palabras a través de la distancia, con la belleza que da una ciudad eterna y pone en una imagen, con una profesionalidad admirable, la imagen perfecta, la ventana con tules malva, las mariposas que pueblan mi casa, la ventana que da a una ciudad de mar y deja caminar un hombre solo por sus arenas, por sus calles, sus silencios, sus gritos de la ciudad ruidosa y marinera, por las almas de quien se acercan al hombre y se dejan acariciar con miradas, con palabras, con sentimientos entregados. Ese alguien plasma en imagen el haykus que es la vida de un hombre solo, el soplo de una mirada pequeña en el infinito del universo y la eternidad de la vida.
Pensar, pensar en uno cuando se esta bien y cuando se esta mal, encontrar que alguien ha pensado en tí y te acaricia el alma con una regalo espléndido, con lo mejor de su trabajo, con el detalle de tenerte presente, de saberte necesitado de cariño, de regalo, de lisonja, de escucha... encontrarse con que un alguien apreciado se ha parado por un instante y te ha encontrado en su memoria, agazapado y esperando que te mire... y te sientes importante para alguien, para alguien más entre todos los alguienes que tienes, entre esos que te hacen reir... y te da la caricia con la mayor de las delicadezas, con la más enorme humildad de quien da lo que tiene, la creatividad, el cariño y la pasión por descubrir almas y plasmarlas en un dibujo, gracias amiga romana.
Se piensa en personas que han pasado por la vida del hombre y ni se acuerdan de que existe, personas a quienes se defraudó, o que le utilizaron y le borraron de su pizarra vital, donde escriben los cariños y el nombre del hombre solo no esta entre ellos; se piensa en quienes recibieron la mirada de frente, la verdad de un hombre sincero y respetuoso, que se permite renunciar a sus propios sentimientos en pro del respeto de las decisiones individuales y que él considera equivocadas, aunque en ello se asesine el aprecio tenido, pero la libertad individual está por encima de todas las cosas, incluso por la de la vida propia.
Se siente el dolor de ser ignorado y no respetado, de haber sido una pelusa incómoda en la vida de alguienes que pasaron por la casa abierta, que recibieron bondad y aprecio, sinceridad y cariño, acompañamiento en la soledad y no entregan nada, ni un pensamiento, la vida devuelve lo dado, siempre.
Se recupera el alma entre esas horas de agotamiento vital, cuando se recibe la inyección de la fuerza que no se espera ni se pide, que alguien, en la lejanía, descubre necesitas y la envía, aún sin saberlo; cuando la risa de un niño y su voz pequeñita te dice a lo lejos que te quiere mucho y que en Septiembre, si no a al colegio de los mayores, vendrá a verte de nuevo; cuando la amiga que no tiene tiempo de nada, ni siquiera de llorar a tu lado sus propias penas, te avisa que hará el esfuerzo por estar pegado a ti, por contar confidencias y por enjugar lágrimas juntos, no sabe cuando pero lo hará y te llama para decirte que lo hará, solo eso, que lo hará, lo promete y te advierte que te tiene presente, que te necesita y se te entregará porque sabe que tu tambien la necesitas; se recupera el alma cuando el "hombre solo" mira por la ventana y ve, tras un tunel negro que apareció por segundos, que existe un camino que lleva al fondo de una luz, como en la fotografía, que te lleva a un horizonte más amplio, y es entonces cuando la angustia del cansancio se hace pequeña, cuando comienzas los efectos de las inyecciones de la fuerza y cuando desaparecen las pequeñas pelusas de dolor sobre el amor entregado, sobre las amistades vanas frecuentadas y que solo te buscaron cuando necesitaban, no saben estar cuando son felices, es entonces cuando desaparecen, no cuentan contigo para la fiesta.
Pensar, que gustoso es pensar en alguien y comunicar ese pensamiento, que hermoso es recibir el pensamiento de alguien cuando se necesita, es entonces cuando se mira por la ventana y se ven colores nuevos en el cielo tan hermoso de esta ciudad mediterránea; a la espera de más tranquilidad, como la de ahora, y entonces recibir un abrazo, ese del cariño que se espera y que da calor, ese abrazo que entusiasma un alma cada vez más vieja, un alma que se enorgullece de haber sido vivida, haber errado y herido, rectificado en lo conocido y... sobre todo, de haber sido engañada por su inocencia siempre dispuesta, un alma que gustaria de ser abrazada con pensamientos pequeños de cariños conocidos, como la amiga romana. Baci.
Y en el día del cansancio, cuando menos te lo esperas, llega la inyección de fuerza desde lejos, desde otro alguien que te va conociendo en tus escritos, en tus correos, en tus palabras a través de la distancia, con la belleza que da una ciudad eterna y pone en una imagen, con una profesionalidad admirable, la imagen perfecta, la ventana con tules malva, las mariposas que pueblan mi casa, la ventana que da a una ciudad de mar y deja caminar un hombre solo por sus arenas, por sus calles, sus silencios, sus gritos de la ciudad ruidosa y marinera, por las almas de quien se acercan al hombre y se dejan acariciar con miradas, con palabras, con sentimientos entregados. Ese alguien plasma en imagen el haykus que es la vida de un hombre solo, el soplo de una mirada pequeña en el infinito del universo y la eternidad de la vida.
Pensar, pensar en uno cuando se esta bien y cuando se esta mal, encontrar que alguien ha pensado en tí y te acaricia el alma con una regalo espléndido, con lo mejor de su trabajo, con el detalle de tenerte presente, de saberte necesitado de cariño, de regalo, de lisonja, de escucha... encontrarse con que un alguien apreciado se ha parado por un instante y te ha encontrado en su memoria, agazapado y esperando que te mire... y te sientes importante para alguien, para alguien más entre todos los alguienes que tienes, entre esos que te hacen reir... y te da la caricia con la mayor de las delicadezas, con la más enorme humildad de quien da lo que tiene, la creatividad, el cariño y la pasión por descubrir almas y plasmarlas en un dibujo, gracias amiga romana.
Se piensa en personas que han pasado por la vida del hombre y ni se acuerdan de que existe, personas a quienes se defraudó, o que le utilizaron y le borraron de su pizarra vital, donde escriben los cariños y el nombre del hombre solo no esta entre ellos; se piensa en quienes recibieron la mirada de frente, la verdad de un hombre sincero y respetuoso, que se permite renunciar a sus propios sentimientos en pro del respeto de las decisiones individuales y que él considera equivocadas, aunque en ello se asesine el aprecio tenido, pero la libertad individual está por encima de todas las cosas, incluso por la de la vida propia.
Se siente el dolor de ser ignorado y no respetado, de haber sido una pelusa incómoda en la vida de alguienes que pasaron por la casa abierta, que recibieron bondad y aprecio, sinceridad y cariño, acompañamiento en la soledad y no entregan nada, ni un pensamiento, la vida devuelve lo dado, siempre.
Se recupera el alma entre esas horas de agotamiento vital, cuando se recibe la inyección de la fuerza que no se espera ni se pide, que alguien, en la lejanía, descubre necesitas y la envía, aún sin saberlo; cuando la risa de un niño y su voz pequeñita te dice a lo lejos que te quiere mucho y que en Septiembre, si no a al colegio de los mayores, vendrá a verte de nuevo; cuando la amiga que no tiene tiempo de nada, ni siquiera de llorar a tu lado sus propias penas, te avisa que hará el esfuerzo por estar pegado a ti, por contar confidencias y por enjugar lágrimas juntos, no sabe cuando pero lo hará y te llama para decirte que lo hará, solo eso, que lo hará, lo promete y te advierte que te tiene presente, que te necesita y se te entregará porque sabe que tu tambien la necesitas; se recupera el alma cuando el "hombre solo" mira por la ventana y ve, tras un tunel negro que apareció por segundos, que existe un camino que lleva al fondo de una luz, como en la fotografía, que te lleva a un horizonte más amplio, y es entonces cuando la angustia del cansancio se hace pequeña, cuando comienzas los efectos de las inyecciones de la fuerza y cuando desaparecen las pequeñas pelusas de dolor sobre el amor entregado, sobre las amistades vanas frecuentadas y que solo te buscaron cuando necesitaban, no saben estar cuando son felices, es entonces cuando desaparecen, no cuentan contigo para la fiesta.
Pensar, que gustoso es pensar en alguien y comunicar ese pensamiento, que hermoso es recibir el pensamiento de alguien cuando se necesita, es entonces cuando se mira por la ventana y se ven colores nuevos en el cielo tan hermoso de esta ciudad mediterránea; a la espera de más tranquilidad, como la de ahora, y entonces recibir un abrazo, ese del cariño que se espera y que da calor, ese abrazo que entusiasma un alma cada vez más vieja, un alma que se enorgullece de haber sido vivida, haber errado y herido, rectificado en lo conocido y... sobre todo, de haber sido engañada por su inocencia siempre dispuesta, un alma que gustaria de ser abrazada con pensamientos pequeños de cariños conocidos, como la amiga romana. Baci.
2 comentarios:
Tu me has emocionado, hombre!
Gracias a ti...y porquè eres tu un hombre especial !!!!
Un abrazo con mucho cariño
Ains como entiendo tus letras a la perfección.
Me gusta tu rincón y tus letras, con tu permiso me quedare cerquita.
Besos
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